La dirofilariosis tiene un carácter zoonótico ya que también puede afectar al hombre, por lo que es importante concienciar al propietario sobre el peligro de esta enfermedad, y enseñarle los métodos adecuados de prevención.
La filariosis animal presenta una distribución mundial. El hospedador definitivo es el perro, aunque también pueden ser infectados otros animales domésticos, como gatos o hurones. Existen varias especies de filarias. Entre ellas, Acanthocheilonema reconditum, Acanthocheilonema dracunculoides y Cercopithifilaria grassi, filarias apatógenas cuyos adultos se alojan en cavidad abdominal y peritoneal sin producir sintomatología.
Por otro lado, Dirofilaria immitis y Dirofilaria repens producen alteraciones patológicas en perros y gatos (dirofilariosis cardiopulmonar y dirofilariosis cutánea, respectivamente) y además presentan un carácter zoonótico, ya que también pueden afectar al hombre.
Tratamiento
El tratamiento de la dirofilariosis pulmonar se debe basar en tres pasos:
- Eliminación de las larvas migratorias (L3 y L4) con lactonas macrocíclicas, para evitar que pasen al estadio de adulto;
- Eliminación de la bacteria Wolbachia con doxiciclina;
- Eliminación de adultos, usando el fármaco melarsomina, de administración intramuscular.
En el caso de D. repens, no existe tratamiento adulticida efectivo, por lo que se recomienda tratamiento sintomático y extirpación de los nódulos cutáneos ya sea por métodos quirúrgicos o por aspiración.
La esperanza de vida de un animal tras el tratamiento dependerá del grado de afección que tenga, por ejemplo, un perro con insuficiencia cardiaca tendrá secuelas tras el tratamiento. Por otro lado un perro en fase I tendrá la misma esperanza de vida que un animal sano tras acabar el tratamiento con éxito.
La dirofilariosis cardiopulmonar es una patología grave y potencialmente mortal. Además, su tratamiento no está exento de riesgos ya que se puede producir la muerte del animal en el proceso o quedar graves secuelas. Por este motivo, lo más importante en esta enfermedad es la prevención, que tiene gran importancia sobre todo en áreas endémicas y emergentes, por lo que se debe comenzar lo antes posible en cachorros, evitando sobrepasar los dos meses de edad, ya que existe la posibilidad de ser infectado desde el día del nacimiento.
Enfermedad zoonótica
En cuanto al carácter zoonotico de la enfermedad, debemos entender que no es el perro el transmisor de la enfermedad sino el mosquito portador. Este puede picar a las personas aunque generalmente su sistema inmunitario repele la infección. Sin embargo, personas inmunodeprimidas pueden producir quistes pulmonares benignos que los médicos confunden con tumores (D. immitis), y quistes subcutáneos, oculares y en otras localizaciones (D. repens). Por ello, ambas se consideran una zoonosis.
Otros animales domésticos que pueden verse afectados por la dirofilariosis cardiopulmonar son los gatos que presentan síntomas generalmente inespecíficos, los más frecuentes son: disnea, tos, vómitos. También pueden ser asintomáticos en elevado porcentaje. La muerte súbita puede ser el único síntoma. Los gatos presentan cierta resistencia natural a la dirofilariosis pero no son inmunes, y además esta patología es mucho más grave en esta especie que en el perro.
En los gatos también se recomienda la administración de preventivos incluso en los gatos de interior ya que existen varios estudios que indican que los gatos de interior también presentan filariosis. Para los gatos también existen preventivos comerciales en forma de pipetas y comprimidos de aplicación mensual.
La prevención es vital para mantener la salud de la mascota en una zona endémica, así como para ayudar en la erradicación del parásito, ya que la presencia de reservorios (perros infectados que no reciben tratamiento preventivo) constituye la causa de la perpetuación de estas parasitosis. Por ello, es importante concienciar al propietario acerca de la existencia de esta enfermedad, y enseñarle los métodos adecuados de prevención.
Extraído de: Enrique Parejo Monago y Cristina Ruiz Perdomo. Dirofilariosis: una enfermedad en expansión. Ateuves 50, pp. 24-28
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