La entrada Cómo sacar partido a Whatsapp en la clínica aparece primero en Ateuves, para el auxiliar veterinario.
]]>Las grandes empresas ya han empezado a sacar partido a Whatsapp como canal de marketing. Mi visión va más allá, y pretende que se use como herramienta de fidelización al aumentar el vínculo entre el centro y sus clientes.
Para la primera opción ya existen plataformas de envío de mensajes vía Whatsapp similares a las que hay para SMS. Algunos ejemplos son Whatsmassive, Whatsappmarketing, Massyphone y seguirán apareciendo más.
Para lo que debemos hacer en la clínica, hay que utilizar Whatsapp de una manera más práctica para nuestros intereses y orientada al cliente. Es el cliente el que debe ver con naturalidad que su clínica le contacte por Whatsapp. Para ello te propongo varias fórmulas:
Se puede utilizar Whatsapp para comunicarnos de manera directa con los clientes uno a uno. Esta comunicación debe ser lo más impersonal posible, es la empresa la que comunica con el cliente. La podemos utilizar para confirmar citas, informar de la llegada de unos resultados o un producto encargado o bien para decir que ya puede venir a recoger a su mascota. Una de las ventajas de Whatsapp es la posibilidad de enviar imágenes. Si avisamos a un cliente de que su mascota está bien tras la cirugía y a ese mensaje le añadimos una foto de la misma, la sensación de tranquilidad de los propietarios será mucho mayor y además percibirán que nos preocupamos más.
Cuando la comunicación la inicia el cliente, es cuando debemos aplicar nuestros protocolos para mantener la conversación encauzada. Hay que ser concisos y saber qué no tratar por Whatsapp. Podemos dar citas, comunicar productos en stock y responder cosas para las que el personal de recepción esté capacitado. No podemos responder consultas clínicas, dudas sobre comportamiento, dar presupuestos, ni atender quejas o críticas por este medio.
Hoy por hoy, Whatsapp permite la comunicación gratuita a varios usuarios de dos formas: mediante la creación de un grupo o de una lista de difusión.
Crear un grupo no es nada recomendable para los intereses de la clínica en lo que ahora estamos tratando. Los grupos permiten la interacción entre los usuarios y pueden generar conflictos que escapen a nuestro control. Además, todos los clientes tendrían acceso al teléfono de los demás miembros del grupo.
La manera más adecuada para recordar a nuestros clientes los servicios preventivos es, sin lugar a dudas, la creación de listas de difusión. En 30 segundos y con coste cero podemos recordar a todos los clientes que les corresponda que ese mes deben pasar por la clínica para realizar un servicio. Un ejemplo sería crear una lista llamada, “Mayo prevención filaria”. En esa lista tendremos a todos los pacientes que deban ser tratados en mayo, y con un mensaje genérico se lo recordaremos a todos. La lista permite que la respuesta de cada cliente no sea vista por los demás, iniciando una conversación que empieza con el mensaje de la lista de difusión.
Whatsapp está tan introducido en nuestras vidas que se usa para mantener vínculos con la familia y amigos. En la clínica podemos aprovechar esto como una herramienta de fidelización. El uso correcto de Whatsapp aumentará el vínculo entre nuestros clientes y nuestro centro.
Podemos utilizar las listas de difusión para felicitar el cumpleaños de las mascotas, para mandar consejos específicos a determinadas razas, especies o segmentos (como los geriátricos). Podemos enviar mensajes específicos para preguntar a algún cliente por su mascota en casos si esta tiene patologías crónicas o tras alguna hospitalización o cirugía complicada. En este caso, también podemos usar los grupos, pero deben estar bien diseñados y debemos tener autorización por escrito de cada cliente. Se crean grupos para puppy parties, diabéticos, leishmania positivos… Un grupo es como un foro y aunque seamos los administradores no podemos controlarlos siempre. Por este motivo, la autorización por escrito es fundamental.
Extraído de: Fernando Valera, Whatsapp, un nuevo canal de comunicación en la clínica veterinaria. Ateuves 63, pp. 8-11.
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]]>La entrada Síntomas y tratamiento de la intususcepción intestinal aparece primero en Ateuves, para el auxiliar veterinario.
]]>El auxiliar es un eslabón muy importante dentro del ámbito laboral veterinario. Como enfermeros, debemos cuidar el bienestar de los pacientes en todo momento y mantenerlos controlados y vigilados durante su estancia en la clínica o en el hospital.
El veterinario pone toda su confianza en nosotros y en nuestro trabajo. La correcta administración de los fármacos que él elige para cada paciente con una pauta exacta que se debe seguir, un ayudante quirúrgico eficaz que se complemente bien con el cirujano, el mantenimiento de la esterilidad del material quirúrgico para que esté siempre listo y preparado en caso de urgencia, una continua información de todos los cambios y situaciones nuevas que se produzcan bien dentro de la clínica como fuera de ella, son algunas de las variadas labores que debemos realizar.
Los auxiliares debemos saber desenvolvernos bien, tanto durante la vacunación de un cachorro rutinaria como en una situación de urgencia, estemos o no avisados de ella, como pueden ser un atropello, una caída desde cierta altura, una intoxicación o, como vamos a tratar en este artículo, una intususcepción intestinal.
La invaginación o intususcepción intestinal es la introducción de un segmento del intestino dentro de otro adyacente. Es decir, una porción de intestino se introduce dentro del propio intestino. A esto se le conoce con diferentes nombres: intususcepción intestinal, invaginación intestinal o condensación intestinal, esta última menos frecuente.
Hay distintos tipos de intususcepciones, y realmente pueden darse en cualquier punto del tracto gastrointestinal, pero las más comunes son las ileocólicas y las yeyunoyeyunales.
Es cierto que la casuística de intususcepciones no es muy alta y no forma parte de la consulta diaria, sino más bien de urgencias y casos concretos, pero por ello debemos estar bien preparados para actuar correctamente y de forma segura cuando estas situaciones se presenten en la clínica.
Estamos hablando de una patología de alta mortalidad, que requiere cirugía de urgencia y que aun con esta, hemos de tener en cuenta que los animales pueden morir tres o cuatro días después de la intervención, por lo tanto, son pacientes que requieren cuidados intensivos.
Normalmente una invaginación intestinal o intususcepción es consecuencia de un determinado cuadro clínico anterior.
En general, podemos decir que los pacientes con esta patología son animales jóvenes (menores de un año) que han estado enfermos, con diarreas sanguinolentas, dolor abdominal, vómitos, fiebre, depresión, etc. La intususcepción suele deberse a parasitismo, enteritis vírica (por ejemplo, un parvovirus que no mejora incluso cuando se le esté ofreciendo toda la medicación), diarreas intermitentes intratables…, entre otras.
El veterinario, tras un reconocimiento general, en la palpación abdominal notará un asa intestinal engrosada.
Para el diagnóstico, es importante hacer una radiografía de contraste o una ecografía, que es una de las pruebas que permiten hacer un diagnóstico definitivo (figura 1).
Figura 1. La ecografía muestra una intususcepción transversal.
Por lo general, estos animales ya llevarán un sustento de fluidoterapia adecuado, un protocolo de medicación que habrá decidido el veterinario, un control de mucosas y fiebre y un seguimiento de las heces sanguinolentas, los vómitos y las irregularidades típicas de un animal con esta patología. Nuestro papel como auxiliares aquí es primordial, puesto que cualquier tipo de información que no traslademos a la hoja de hospitalización o directamente al veterinario, puede tener una repercusión fatal.
Es importante que el animal esté vigilado constantemente, tanto antes como después de la cirugía.
Existe la posibilidad de que se produzca un prolapso y veamos cómo el intestino sale por el recto del animal (figura 2).
Figura 2. El intestino sale por el ano del animal.
Si esto ocurre, en primer lugar avisaremos al veterinario con urgencia y después actuaremos según sus indicaciones. Si se produce una protrusión, hemos de tener en cuenta que es tejido blando, por lo que no podemos permitir su degeneración, ni que necrose, así que en todo momento mantendremos el intestino húmedo y limpio (figura 3).
Figura 3. Debemos proteger el intestino con gasas húmedas,
estériles y templadas.
Lo ideal, hasta que el animal vaya a entrar en quirófano (se entiende que será en poco tiempo), es intentar crearle una especie de pañal húmedo.
Figura 4. Durante la cirugía irrigaremos el intestino con suero templado.
Debemos irrigar bien el trozo de intestino que se ha salido por el recto. Con suero fisiológico lo limpiaremos a conciencia para evitar cualquier tipo de suciedad que haya podido impregnarse en el intestino, lo que sería fatal, ya que el veterinario volverá a introducir dicho intestino dentro de la cavidad abdominal y cualquier tipo de cuerpo extraño, sequedad excesiva, etc. podría complicar una buena cirugía y el paciente podría desarrollar una sepsis posquirúrgica, entre otras posibilidades (figura 4). Por este motivo, el auxiliar debe estar en todo momento pendiente del buen estado del intestino que ha salido al exterior.
Un buen puñado de gasas humedecidas a conciencia con suero fisiológico pueden, una vez hayamos limpiado el intestino, usarse a modo de pañal, para protegerlo de cualquier tipo de contacto con mesas, telas, pijamas, material no estéril y, a su vez, mantenerlo húmedo.
Estaremos tratando a un animal muy deprimido y con dolor, así que es importante que su manejo sea lento, cuidadoso y delicado.
Manteniendo al animal estable con sustento de fluidoterapia, la protrusión intestinal limpia y húmeda, procederemos a la preparación del campo quirúrgico.
Es necesario rasurar la zona próxima a la protrusión para evitar que el pelo del animal contamine el campo quirúrgico. Una vez depilada la zona procederemos a su desinfección.
Tras la inducción a la anestesia y el paciente con las constantes estables, se iniciará la cirugía.
En todo momento hemos de seguir las indicaciones del veterinario que nos guiará en la intervención. Hemos de tener en cuenta que se trata de trabajar con tejido blando, extremadamente delicado.
El veterinario en cierto punto de la cirugía aplicará sobre el intestino invaginado una tracción delicada para sacar la porción de intestino que se ha introducido dentro del propio intestino. Hay que evitar una tracción excesiva para evitar desgarros.
Figura 5. El intestino debe reforzarse con sutura para evitar que vuelva a producirse la intususcepción. Se reforzará el mayor tramo posible.
Una vez eliminada la intususcepción se realizará una enteroenteropexia (reforzar el intestino con sutura) para evitar que se vuelva a producir la invaginación (figura 5).
Es importante la preparación con anterioridad de una botella de suero estéril templado, ya que es una cirugía en la que la irrigación es esencial. El hecho de que el suero esté templado es muy importante ya que, la introducción de suero frío alteraría toda la termorregulación del paciente, lo que podría tener consecuencias nefastas. Siempre comprobaremos en el dorso interno de nuestra muñeca la temperatura del suero para cerciorarnos de que no quema ni está demasiado frío.
Debe ser un suero abierto única y exclusivamente para ese animal y esa cirugía. Comúnmente el suero utilizado para irrigar es suero fisiológico, siempre que el veterinario no nos haya dado otras indicaciones.
En el caso de que la pared intestinal estuviera muy dañada, se procedería a realizar una enterectomía, que consiste en extirpar el trozo de intestino dañado y unir las partes de intestino sanas. Una vez realizada la enteroenteropexia, se procederá a cerrar al animal.
Durante la cirugía el auxiliar debe vigilar de cerca todas las constantes vitales del paciente: frecuencia cardiaca, respiratoria, color de mucosas, etc. y asegurarse siempre de que el suero entra a la velocidad programada y con flujo constante.
Es una cirugía delicada y cualquier anomalía debe transmitirse inmediatamente al veterinario.
El manejo posquirúrgico debe ser suave. Que el animal despierte o incluso que coma no quiere decir, en el caso de la intususcepción, que la vida del animal no corra peligro. Es muy importante ser conscientes de que aquellos animales que han sufrido intususcepciones pueden morir tres o cuatro días después de la cirugía. Incluso hay casos en los que la muerte del animal se produce a las dos semanas tras la intervención. Por lo tanto, nos encontramos ante un paciente de alto riesgo, por lo que el control del mismo debe ser extremo.
El auxiliar llevará a cabo las pautas de medicación que el veterinario haya elegido para este caso clínico en concreto. Y dejará constancia de ello en la hoja de hospitalización de forma legible y clara. Un control de la temperatura, de las micciones y defecaciones, del color de las mucosas y del estado general del paciente, es imprescindible.
Extraído de: Ana María Esteve Orts, Intususcepción intestinal, Ateuves 34, págs. 36-40.
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]]>La entrada ¿Para cuándo una formación oficial para los ATV españoles? aparece primero en Ateuves, para el auxiliar veterinario.
]]>Las asociaciones de auxiliares y enfermeros veterinarios han trabajado activamente desde ese año para conseguir que el ciclo de formación profesional arranque, pero todavía no han conseguido ningún resultado positivo. Incomprensiblemente, las administraciones competentes no han hecho nada por oficializar y dignificar la profesión de auxiliar veterinario.
Verónica Ortiz García, vicepresidenta de la Asociación Asturiana de Enfermeros Veterinarios (Asevet) escribió la siguiente columna de opinión para el número 64 de la revista Ateuves.
Verónica Ortiz García, vicepresidenta de la Asociación Asturiana de Enfermeros Veterinarios (Asevet)
Mandamos currículos por doquier y ¡oh, sorpresa! recibimos un email de una clínica dándonos las gracias por enviarles nuestro CV, pero ¡oh, no! no necesitan a nadie. No obstante, nos consuela que por lo menos se dignen a contestarnos.
Pero ¿qué está pasando en el sector veterinario? Pues es muy sencillo. Solo hay una profesión reglada en este ámbito: la del veterinario. ¿Y el resto del personal de la clínica? Como cliente crees que las personas que atienden a tus animales tienen una formación, pero cuando entras en el mundillo ves la realidad: clínicas en las que se contrata a veterinarios como becarios o a gente nada relacionada con los animales, que son amigos del dueño o familiares.
En numerosas academias dan cursos para ser auxiliar de veterinaria pero no es oro todo lo que reluce, más bien al contrario: es un simple curso que en ocasiones ni siquiera imparte un profesional veterinario y no está reglado, no es un título oficial, por lo que cualquiera puede ser auxiliar. Ahí viene el gran problema. Mucha gente no quiere estudiar y ve en esta profesión una salida para hacer algo y tener a los padres contentos, porque no piden titulación mínima para acceder y les gustan los animales. Después llega otro problema: mucha gente tiene en su familia a profesionales de este mundo por lo que haciendo este “cursillo” ya tienen la vida resuelta. Algunos de los cursos son pobres de contenido y a la vez muy caros. ¿Y sirven para algo? A veces para nada porque la práctica poco tiene que ver con la teoría.
Ahora mismo la situación es muy complicada. Desde diversas asociaciones nos estamos moviendo para conseguir que esta situación cambie y que por lo menos tengamos una formación oficial y de calidad. Sé que seguramente me toque estudiar para conseguirlo, ya que pese a tener mi “título” no me van a regalar la homologación, pero no tengo ningún problema en hacerlo.
Así que, compañeros de profesión, estéis en activo o no, tenemos que luchar por una formación oficial de calidad, unirnos a las asociaciones ya existentes y movernos con ellas. Y tened bien claro que no nos van a regalar el título y que por mucho dinero que llevemos invertido en nuestra formación no sirve de nada; todos vamos a tener que hacer sacrificios y esforzarnos para tener algo real y de calidad.
Tenemos que luchar por una formación oficial, unirnos a las asociaciones de ATV existentes y movernos con ellas
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]]>La entrada Cuotas de socio de ASEVET aparece primero en Ateuves, para el auxiliar veterinario.
]]>Deberán de hacer un ingreso de 15 € de cuota que serán anuales desde la fecha en que se efectúe y se tendrá derecho a participar en eventos formativos, excursiones y demás actividades que se realicen.
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]]>La entrada Formacion continuada AAEVET aparece primero en Ateuves, para el auxiliar veterinario.
]]>Estos son los temas, fechas y horas de las tres primeras charlas,
– Qué ocurre cuando anestesiamos a un paciente y qué debemos tener en cuenta
Día 20/02/2016 de 16:00 a 19:00 h
– Rehabilitación y fisioterapia
Día 19/03/2016 de 16:00 a 19:00 h
– Qué debo saber del paciente cardiópata
Día 30/04/2016 de 16:00 a 19:00 h
– Manejo del paciente geriátrico
Día 28/05/2016 de 16:00 a 19:00 h
Para inscribiros, enviad un email a: [email protected].
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]]>La entrada Reunión de trabajo entre Asevet y Aemvet aparece primero en Ateuves, para el auxiliar veterinario.
]]>Se analizó, entre otras, cuestiones como la difícil situación de la profesión, que no está reconocida y se encuentra en un limbo legal. En este sentido, durante la jornada se apuntó que lo más viable ahora mismo es realizar un Ciclo Formativo de Grado Medio y que estaría muy bien que hubiese un Ciclo Formativo de Grado Superior, de carácter más técnico. También se habló de la situación en la que se encuentran las personas que han cursado estudios de auxiliar de clínica veterinaria en academias, clínicas o centros formativos.
Las conclusiones de la reunión se pueden consultar en la página web de ASEVET.
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]]>La entrada Pautas de fluidoterapia en animales de compañía aparece primero en Ateuves, para el auxiliar veterinario.
]]>El 70% del organismo es agua. Las dos terceras partes se hallan en el interior de las células (compartimento intracelular) y el tercio restante, fuera de ellas (compartimento extracelular), bien en el intersticio (compartimento intersticial) bien, una pequeña parte, en los vasos sanguíneos (compartimento intravascular).
Cada uno de estos compartimentos posee distintas propiedades (volumen, solutos disueltos, pH…) y todo ello constituye el medio interno. Su mantenimiento es la base de la vida hasta tal punto que nuestros pacientes viven o mueren dependiendo de ello.
Los fluidos se clasifican según su uso clínico en varios grupos:
1Cuando se trata de una solución con una composición semejante a la del compartimento extracelular en cuanto a cantidad y tipo de solutos, hablaremos de solución de reemplazo ya que la usaremos para sustituir el volumen perdido en una deshidratación. Son soluciones isotónicas que pueden contener sólo sodio y cloro (ClNa 0, 9%, también llamado suero salino fisiológico) o también otros electrolitos como el potasio, calcio y/o magnesio y un precursor de bicarbonato como el lactato, capaz de compensar pequeñas alteraciones del pH (Ringer lactato y sus modificaciones).Dentro de estas soluciones de reemplazo se considera que el suero salino fisiológico es acidificante porque contiene un pequeño exceso de cloro que hace bajar el pH, por lo que es útil en pacientes con alcalosis. Las soluciones con precursor de bicarbonato se denominan alcalinizantes: pueden elevar el pH trasformando el precursor en bicarbonato, por lo que se usan en pacientes acidóticos.
Figura 1. Podemos fabricar nuestra propia solución de mantenimiento mezclando medio litro de cristaloide isotónico con medio litro de glucosado al 5 % y añadiendo a la mezcla 20 ml de cloruro potásico 2 M (14,5 %).
El 90 % de los pacientes en los que utilizamos fluidoterapia se halla en uno de estos tres supuestos:
Sólo el 10 % restante presentará otros problemas como la alcalosis, las alteraciones de la potasemia, etc.
Establecer una pauta de fluidoterapia significa determinar: el tipo o tipos de fluidos que necesita cada paciente, el volumen requerido en total y de cada uno de ellos, la velocidad de administración y la vía o vías escogidas en cada caso.
A continuación veremos las pautas más frecuentes.
Problema a tratar. Son pacientes con un déficit de volumen por pérdidas de líquido patológicas (vómitos, diarreas, poliuria…) o por falta de consumo de líquido. Pueden padecer además déficits de potasio o hipoproteinemias que habrá que considerar.
Tipo de fluido. En general, el déficit se halla en el espacio extracelular, por lo que escogeremos solución de reemplazo. Cuando terminemos de rehidratar, nuestro paciente habrá acumulado pérdidas fisiológicas (orina, heces, saliva…) que compensaremos con solución de mantenimiento. Si sigue habiendo pérdidas patológicas las compensaremos con solución de reemplazo. En pacientes anoréxicos o con diarreas, vómitos o poliuria el potasio estará bajo, por lo que es recomendable añadirlo a la solución de reemplazo (10 ml de ClK 2 M por litro de solución).
En general, para estos pacientes están indicadas las soluciones de reemplazo tipo Ringer lactato, con capacidad alcalinizante.
Los que tengan vómitos gástricos en los que se pierde ácido requieren solución acidificante como el suero salino fisiológico.
En pacientes con hipoproteinemia necesitaremos un coloide para mantener la volemia. Lo administraremos junto con la solución de reemplazo (máximo 20 ml/kg/día).
Volumen. El volumen total a administrar en 24 h es la suma del déficit calculado, las pérdidas fisiológicas diarias y las nuevas pérdidas patológicas que puedan producirse (ver cuadro).
Velocidad. Cuanto más lento haya sido el proceso de deshidratación, más despacio deberemos rehidratar, pero como norma general repondremos el 50% del volumen total calculado para 24 h en 2-4 h y el resto en 20 h. Esto supone un ritmo de alrededor de 20 ml/kg/h en las primeras horas y de unos 5 a 10 ml/kg/h el resto del día, dependiendo de que haya o no pérdidas patológicas que considerar.
Los pacientes cardiópatas y/o con insuficiencia renal constituyen una excepción. No debemos exceder en ellos los 5 ml/kg/h y siempre hay que estar atentos a signos de sobrehidratación.
Vía. En general es preferible utilizar una vía parenteral. Reservaremos la vía oral para la fase de mantenimiento. De entre las posibles vías parenterales, lo mejor es utilizar la intravenosa, que es la más rápida y permite administrar cualquier tipo de solución, incluso los coloides. En pacientes pequeños, en los que es difícil conseguir canular un vaso, puede ser sustituida por la intraósea. Cuando no es posible hospitalizar al paciente todo el tiempo requerido para rehidratarlo, podemos administrar fluidos vía subcutánea o intraperitoneal, siempre y cuando se trate de una solución de reemplazo.
La administración de fluidos ha de realizarse de forma aséptica por cualquier vía, pero en especial si se trata de la intravenosa, intraósea o intraperitoneal. En estos casos el punto de punción se debe preparar como si se tratase de un campo quirúrgico (afeitado, lavado y aseptizado).
Problema a tratar. Son pacientes que van a ser sometidos a una anestesia general y a una intervención quirúrgica. Todo ello requiere una fluidoterapia preventiva que evite las hipotensiones graves. En ellos se suman los efectos hipotensores de los anestésicos, las pérdidas de líquido en forma de hemorragia o por evaporación durante la cirugía y las horas de privación de alimento y agua previas y posteriores a la intervención.
Tipo de fluido. Nuestro objetivo es incrementar la volemia de forma transitoria durante el tiempo quirúrgico. Será adecuada una solución de reemplazo.
Volumen/Velocidad. Administraremos fluidos a un ritmo de entre 5 y 10 ml/kg/h durante el tiempo anestésico, reduciéndolo después a un ritmo de mantenimiento (2-3 ml/kg/h) el tiempo que permanezca sin beber.
Vía. Es la intravenosa, dado que nos interesa actuar sobre la volemia directamente. Puede ser sustituida por la intraósea con igual eficacia.
Problema a tratar. El paciente en shock presenta una grave hipotensión de una u otra etiología pero que compromete su vida en un brevísimo plazo. Requiere fluidos para elevar esa tensión al menos por encima de 60 mmHg. Se encuentra también gravemente deshidratado y generalmente acidótico. Dependiendo del tipo de pérdidas que hayan ocasionado la hipovolemia y el shock (hemorragias, pérdidas ricas en proteínas, pérdidas de agua sin electrolitos en el golpe de calor…) tendremos otros problemas de los que ocuparnos (anemia, hipoproteinemia, hipernatremia, etc.).
Tipo de fluido. Nuestro objetivo inicial es incrementar la volemia de forma rápida y duradera. Comenzaremos por administrar una combinación de dos “bolos”. El primero de una solución hipertónica de ClNa al 7,5% y el segundo de coloide. Estos fluidos movilizarán gran cantidad de líquido hacia el compartimento vascular desde el interior de las células, por lo que la deshidratación del paciente se agrava.
Nos ocuparemos a continuación de la deshidratación con soluciones de reemplazo del tipo Ringer lactato, para no agravar la acidosis. Puede ser necesario combinarlas con sangre, coloides o diluyentes del plasma. Una vez superado el shock y rehidratado el paciente, pasaremos a administrar soluciones de mantenimiento.
Volumen/Velocidad. Los “bolos” de hipertónico y coloide se administran a 3-5 ml/kg cada uno. Rápidamente pasamos a una solución de reemplazo a 40 ml/kg/h. Calculamos entonces el volumen total a perfundir como en el paciente deshidratado, pero en este caso estimando un déficit hídrico del 12 % (120 ml/kg) y añadiendo las necesidades hídricas diarias con “generosidad” (otros 120 ml/kg).
En la primera hora el paciente recibirá 40 ml/kg de solución de reemplazo o de una mezcla de solución de reemplazo y coloide (20 ml/kg de cada uno) o de solución de reemplazo y sangre (20 ml/kg de cada uno).
En las cuatro horas siguientes administraremos solución de reemplazo solamente y reduciremos el ritmo a la mitad (20 ml/kg/h), consiguiendo así terminar de restaurar el déficit en cinco horas. A partir de la sexta hora y hasta la duodécima, administraremos 10 ml/kg/h (60 ml/kg en total) de solución de reemplazo.
El resto del día bajaremos el ritmo a 5 ml/kg/h y pasaremos a usar una solución de mantenimiento.
Vía. La vía de elección es de nuevo la intravenosa/intraósea dado que nos interesa actuar sobre la tensión arterial (figura 2).
Figura 2. Canular una vía venosa es fundamental en fluidoterapias dirigidas a tratar pacientes en shock o
quirúrgicos.
La fluidoterapia forma parte hoy en día del tratamiento de la mayor parte de los pacientes atendidos en urgencias, de casi todos los ingresados en cuidados intensivos y se puede decir que de todos los pacientes sometidos a cualquier cirugía. Se hace necesario, por tanto, un adecuado conocimiento de la fisiología del medio interno y de las alteraciones que las distintas patologías ejercen sobre el equilibrio homeostático, así como una información correcta y completa de los protocolos de fluidoterapia ya universalmente establecidos.
La fluidoterapia forma parte del tratamiento de la mayor parte de los pacientes de urgencias
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Este artículo pretende solamente dar unas pautas sencillas con las que los lectores interesados en estas cuestiones puedan iniciarse y posteriormente seguir profundizando en la materia, a través del estudio de la bibliografía citada.
Nos será muy fácil constatar que la incorporación y el generoso empleo de la fluidoterapia en nuestra práctica clínica diaria repercutirá en una clara mejora de nuestros resultados que nuestros pacientes agradecerán sin duda.
Extraído de: Martínez, M.J., Graus, J. y De Torre, A., Pautas de fluidoterapia, Ateuves 29, págs. 28-33.
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]]>La entrada Educador y Adiestrador Canino aparece primero en Ateuves, para el auxiliar veterinario.
]]>Fecha inicio: 7 de marzo
Duración: 150 horas
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]]>La entrada Atención y fidelización del cliente en la clínica veterinaria aparece primero en Ateuves, para el auxiliar veterinario.
]]>Fecha inicio: 4-marzo
Duración: 12 horas
Categoría evento: Asistencia veterinaria
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]]>La entrada Auxiliar Técnico Veterinario aparece primero en Ateuves, para el auxiliar veterinario.
]]>En este curso adquirirás conocimientos teóricos y prácticos para convertirte en una pieza fundamental en la clínica veterinaria, desde los aspectos primordiales de la asistencia veterinaria hasta el instrumental de consulta y quirúrgico, el control de las funciones vitales, administración de medicamentos y diversas patologías animales, entre otros:
Fecha inicio: 2 de marzo
Duración: 450 horas
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