La hernia discal es una enfermedad degenerativa de los discos intervertebrales que provoca una compresión de la médula espinal. En este artículo vamos a explicar brevemente qué la provoca y si tiene tratamiento.
La columna vertebral es un eje óseo que recorre el cuerpo del animal desde la cabeza hasta la cola y que contiene y protege a la médula espinal. Está formada por un número variable de vértebras según la longitud de la cola. Entre cada dos vértebras se sitúa un disco intervertebral que soporta la tensión a la que está sometida la columna. Cuando el disco intervertebral sufre algún tipo de degeneración hablamos de hernia discal. Suele ser la patología más habitual que afecta a la columna vertebral de los perros.
¿Qué provoca la hernia discal?
Los discos intervertebrales están formados por un núcleo pulposo rodeado por un anillo fibroso. El primero está compuesto principalmente por agua mientras que en el anillo fibroso predominan las fibras de colágeno. Con la edad se produce una pérdida tanto de agua como de colágeno lo que reduce la capacidad de la columna de absorber tensiones y disminuye su elasticidad. A la larga se produce una protusión (abultamiento) o extrusión (salida) del núcleo pulposo hacia el canal vertebral.
Síntomas
Un animal con hernia discal se detecta porque adopta posturas poco habituales para evitar el dolor como, por ejemplo, arquear el dorso. Según el tiempo que lleve sufriendo la compresión medular puede mostrar alteraciones más o menos intensas en la marcha y pérdida de sensibilidad en las extremidades. La gravedad de la lesión también depende de la localización, tamaño y velocidad de la extrusión.
¿Tiene tratamiento?
En función de los signos clínicos que muestre el animal se puede actuar de diferentes maneras. En primer lugar hay que confirmar la existencia de la hernia discal. Para ello se puede realizar una radiografía de la columna vertebral y complementarla con una tomografía o resonancia para localizar con exactitud la lesión. Una vez confirmada, la hernia se debe operar para que el animal se recupere completamente. Si en el perro sólo observamos dolor, sin pérdida de sensibilidad de las extremidades, hay que inmovilizar completamente al animal durante, por lo menos, un mes.
Tipos de hernias discales
Condroide o Hansen I: afecta principalmente a las razas condrodistróficas (Teckel, Pequinés, Beagle, Caniche) a edades tempranas (entre 2 y 6 años). Se produce una extrusión del núcleo pulposo hacia el canal medular produciendo una compresión medular aguda y grave.
Fibrosa o Hansen II: generalmente afecta a razas no condrodistróficas como el Pastor Alemán o Labrador. En este caso se produce una protusión del material del interior del anillo fibroso. La compresión medular es crónica y progresiva.
Autores foto: Mª del Mar López, Tomás Fernández.