¿Cómo le digo a mi cliente que su gato está obeso?

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La mayoría de los propietarios cree que su mascota tiene el peso adecuado a pesar de que todo indica que tiene sobrepeso o está obesa.

No obstante, nuestro deber como auxiliares es velar por el bienestar de nuestros pacientes, por lo tanto no podemos dejar que el propietario se marche de la consulta sin haber hablado con él del tema si observamos que tiene un gato obeso. Una conversación de este tipo requiere tacto y sensibilidad, así como una buena dosis de paciencia.

1. Hay que ser sutil

Iniciar la con­versación diciendo: “¿sabe que su mascota está obesa?” puede poner al cliente a la defensiva. Lo mejor es dar un rodeo: “Estoy preocupado porque el peso de Misi ha aumentado última­mente y eso puede afectar a su salud”.

A partir de aquí te puedes centrar en los problemas que conlleva la obesidad y explicárselos con detalle: diabetes, artritis, etc. Además puedes aprove­char el momento para explicarle también cómo se pueden prevenir estas patologías.

2. Muestra tu apoyo

Es importante que reconozcas que la tarea de perder peso es muy difícil y que le comentes que existen muchos obstáculos que superar. Si eres sincero y nota que le entiendes el propietario se mostrará más dispuesto a colabo­rar. De este modo cambia el enfoque del tema, ya que no verá a un frío profesional de bata blanca que le está soltando un discurso preparado sobre la obesidad sino que también tenemos en cuenta su punto de vista.

En este punto debes poner en marcha tus habilidades comunicativas: mantén el contacto visual con el cliente, asiente con la cabe­za, dale la razón cuando sea necesario (“sí, sé que realmente esto puede ser muy frustrante”), etc.

3. La implicación del cliente

La solución al pro­blema no consiste en ofrecer al cliente una lista con todo lo que debe hacer y obligarle a ello. En su lugar hay que conseguir que el cliente se implique en el tratamiento, es decir, pregúntale cómo y cuándo alimenta al animal, qué tipo de comida le da, por qué cree que es importante que el gato pierda peso, qué resultados le gus­taría ver, etc. Si le dejamos que forme parte del equipo, el programa de pérdida de peso tendrá más posibilidades de acabar con éxito.

4. ¿Seguro que lo ha entendido todo?

Si le formulas esta pregunta al cliente lo más probable es que asienta con la cabeza y se olvide de todo al salir por la puerta. Una manera de asegurarte de que realmente lo ha entendido es decirle: “¿Le impor­taría repetirme todo lo que he dicho para estar seguro de que no me olvido nada?”.

Para reforzar el mensaje conviene ofrecerle al propietario unas indicaciones escritas sobre lo que debe hacer.

5. La solución

La obesidad no se cura solo po­niendo menos comida en el bol. También es ne­cesario hablar de ejercicio y de las golosinas que se le ofrecen al gato. Por lo tanto, hay que co­mentar estos temas y no solo el tipo de alimen­to.

Una manera de involucrar al propietario es sugerirle que lleve un diario de lo que el animalcome cada día (tipo de alimento y cantidad) y del ejercicio que realiza durante una semana (ofrécele un formulario detallado). Cuando lo tengas te resultará más fácil elaborar un plan personalizado para el cliente. Por ejemplo, si trabaja hasta las 19 horas y tiene hijos es poco probable que al llegar a casa se ponga a jugar con el gato. En su lugar, habría que decirle que incidiera más en fraccionar la ración diaria en pequeñas porciones y en ocultarlas por la casa o bien en colocarlas en los juguetes dispensa­dores de alimento para conseguir que el gato se ejercite más.

Si también le explicas que debe dejar de darle “chucherías hipercalóricas” de­bido a que en el organismo se transforman en kilos de más, es muy probable que cambie sus costumbres con el gato.

6. Marca pequeñas metas

Hay que conseguir que el gato se alimente de forma adecuada y que el ejercicio forme parte de su rutina habitual, por lo que hay que felicitar al propietario cada vez que consigue un logro, por muy pequeño que sea, antes de ganar la batalla final.

Ten en cuenta que no siempre cumplirá al cien por cien lo que le indiques, así que no le hagas sentir culpables ni le critiques, en su lugar trata de averiguar qué ha sucedido y buscad juntos una solución.

Condición corporal del perro y el gato

Extraído de: María Villagrasa. El gato está obeso, ¿cómo se lo digo al cliente? Ateuves 47, pp. 18-21

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