Marketing – Ateuves, para el auxiliar veterinario https://ateuves.es Si eres auxiliar veterinario, Ateuves es la web donde encontrarás toda la información técnica y de actualidad que necesitas Tue, 20 Oct 2020 08:15:06 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.6 Cómo evitar el síndrome del burnout /como-evitar-el-temido-sindrome-del-burnout/ /como-evitar-el-temido-sindrome-del-burnout/#comments Tue, 13 Oct 2020 10:12:36 +0000 https://ateuves.es/?p=10614 Según un artículo publicado en Annual Review of Psychology , “El agotamiento o síndrome del burnout es una respuesta prolongada a los factores estresantes emocionales e interpersonales crónicos en el trabajo”. Los profesionales veterinarios (médicos, auxiliares y personal administrativo) están expuestos a emociones difíciles día tras día. Además de presenciar el sufrimiento de los pacientes y [...]

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Según un artículo publicado en Annual Review of Psychology , “El agotamiento o síndrome del burnout es una respuesta prolongada a los factores estresantes emocionales e interpersonales crónicos en el trabajo”.

Los profesionales veterinarios (médicos, auxiliares y personal administrativo) están expuestos a emociones difíciles día tras día. Además de presenciar el sufrimiento de los pacientes y el dolor de los clientes, tenemos otros factores estresantes en nuestra profesión que contribuyen al agotamiento. Un estudio demográfico, realizado por la Asociación Nacional de Técnicos Veterinarios en América (NAVTA) en 2016, confirmó que la razón número uno por la que los auxiliares veterinarios abandonan la profesión es el salario insuficiente. A esto le siguen “falta de respeto por parte del empleador (20 %), agotamiento (14 %), falta de beneficios, dificultades para el cuidado de los niños, falta de respeto por la profesión y fatiga por compasión”.

¿Cómo evitar el síndrome del burnout?

El primer paso para los empleadores es respetar y reconocer el valor de sus auxiliares y pagarles en consecuencia. Además, se debe alentar a que utilicen el tiempo de vacaciones y que disfruten de descansos regulares durante la jornada. Así mismo, los empleadores deben limitar la cantidad de horas extraordinarias, de modo que los empleados tengan la garantía de mantener un equilibrio entre el trabajo y la vida personal.

Los síntomas del agotamiento pueden variar de persona a persona y pueden ocurrir a lo largo de múltiples etapas de la carrera de una enfermera veterinaria, lo que dificulta su identificación.

Aquellos que sufren burnout pueden experimentar problemas para dormir, disminución de la interacción con sus seres queridos, ira (en el trabajo y fuera del trabajo) y aumento de peso. También pueden encontrar que su trabajo es frustrante y desarrollar actitudes negativas hacia el lugar de trabajo y sus compañeros. Pueden desarrollar comportamientos compulsivos o empeorar otros ya presentes, que pueden incluir prácticas saludables y no saludables (ejercicio, dieta, fumar y consumo de bebidas alcohólicas). Perder la paciencia con nuestros clientes y/o pacientes es una de las señales de alerta del agotamiento.

Mantener el burnout a ralla

El artículo de la AVMA recomienda cuidarse a sí mismo como la principal medida para evitar el burnout. Hacer ejercicio, comer bien y cuidarse son pasos clave a seguir. Disfrutar de tu tiempo libre y pasarlo con amigos y seres queridos te ayudará a reiniciarte. Junto con la diversión y el juego, también es necesario conocer técnicas de relajación. Las técnicas de relajación no tienen por qué ser las mismas para todos. Algunas personas pueden encontrar que la lectura les funcione, mientras que otras disfrutan del yoga o de un día de spa.

Hay que tratar de ser positivo y alentador en el lugar de trabajo, no negativo y desmoralizador. El poder del pensamiento positivo, junto con la capacidad de percibir y celebrar los resultados positivos, están altamente correlacionados con niveles más bajos de fatiga por compasión y niveles más altos de satisfacción

La última recomendación para combatir el burnout es: no te avergüences de hablar de ello. Aunque tus superiores parezcan muy ocupados, habla con ellos sobre un plan de acción para que vuelvas a sentir tu profesión como al principio y menos como un robot.

Extraído de How to Avoid Burnout in Veterinary Nursing, Emily Fullerton, Today’s Veterinary Nurse.

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Detalles que ayudan a mejorar la experiencia del cliente en la clínica /detalles-que-ayudan-a-mejorar-la-experiencia-del-cliente-en-la-clinica/ /detalles-que-ayudan-a-mejorar-la-experiencia-del-cliente-en-la-clinica/#respond Tue, 06 Oct 2020 11:23:53 +0000 https://ateuves.es/?p=10602 Para conseguir no solo atraer nuevos clientes, sino mantener de forma eficaz a los que ya se tiene, es muy importante cuidar todos los aspectos que el cliente percibe en su visita a la clínica y una vez ha vuelto a su domicilio. Podemos usar técnicas como entre­gar un detalle de merchandising que haga que [...]

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Para conseguir no solo atraer nuevos clientes, sino mantener de forma eficaz a los que ya se tiene, es muy importante cuidar todos los aspectos que el cliente percibe en su visita a la clínica y una vez ha vuelto a su domicilio.

Podemos usar técnicas como entre­gar un detalle de merchandising que haga que recuerde nuestro centro, una carpeta para la información entregada, información adicional sobre su enfermedad, etc. De esta forma, el cliente tendrá la sensación de “llevarse algo más que lo que está pagando” y tampoco reparará en llamar ante cualquier duda porque tú le has invitado a hacerlo.

Aparte de los detalles que debes cuidar durante el proceso de venta, existen otros aspectos que tienes que cuidar en tu centro veterinario.

Limpieza y orden

La limpieza y el orden son fundamentales, no olvides que se trata de un centro sanitario y que si el lugar de trabajo que ve el cliente está sucio y descuidado, cómo estará lo que no ve.

Uniformes

Por otro lado, los uniformes siempre deben estar limpios y seguir una estética y color para todo el personal. Identificar a cada persona y su cargo facilita a tu cliente conocer con quién habla y llamarle por su nombre. Detalles como las batas y fonendoscopios actúan como mecanismos de autoridad, porque se asocian a sanidad.

Olor

El olor de tu centro de trabajo también es importante. A nadie le gusta el olor a hospi­tal, a suciedad o a diarrea. El olor se percibe durante 10-15 segundos y luego se pierde; sin embargo, ese olor quedará en la memoria. El olor a limón se asocia a limpieza; los cítricos y aromas florales harán que tus clientes hagan un mayor desembolso económico, mientras que el olor a vainilla es indicativo de un ambiente familiar. Así, mediante un simple nebulizador puedes tener un olor agradable a la entrada o en la caja, que genere el efecto que quieres.

Ruido y ambiente

También el ruido y el ambiente que se respira en el centro de trabajo son importantes. No debe haber gritos o cachondeos alrededor de una consulta, y más si se trata de un tema serio. Además, la forma de tratar al cliente y de com­portarse de los trabajadores debe ir en conso­nancia al trato e imagen que quieres dar.

Las redes sociales y el escaparate digital

Una vez repasados todos estos puntos de tu cliente en la “entrada física” a tu centro vete­rinario, tienes que recordar que existe una “entrada no física”. Estamos en el siglo XXI, la era digital ya es una realidad y si quieres triun­far en el sector no puedes quedarte atrás, ni obviar que debes adaptarte.

Esta “entrada no física” comprende desde una llamada telefónica, un Whatsapp, un mensaje a través de Facebook o la imagen que proyectas en tus redes sociales.

Todo el personal tiene que contestar al telé­fono de la misma manera, de forma amable e indicando con quien está hablando. El trato telefónico debe ir acorde al trato físico poste­rior; sería un poco chocante si te atiende una persona super amable y educada por teléfono, y presencialmente te tratan fatal.

Whatsapp y Messenger forman parte del pre­sente. Seguro que los usas a diario en tu vida per­sonal, y por qué no en la laboral; es una forma fácil, cómoda y sencilla de acercarte a tus clientes. Además, el envío de imágenes y videos te facilita muchas de tus tareas. Puedes usarlo para evaluar si es necesario que un animal acuda a revisión, para tranquilizar a un cliente o enviarle sopor­tes digitales que le faciliten sus tareas en casa. Si bien es muy importante limitar su uso, evitando

consultas a deshora, consultas gratis, etc. Estas mismas aplicaciones nos dan herramientas para evitar estas prácticas de forma educada y es nece­sario saber de qué forma reconducir la conver­sación para “quedar en un buen lugar” y ser tú mismo el que establezcas los límites.

La web y tus redes sociales (Facebook, Instagram, Google Bussines, Linkedin, etc.) forman parte de tu escaparate digital. Constituyen una forma de llegar a más gente, permiten mostrar al mundo cuál es tu trabajo y tu día a día, comunicarte y, por supuesto, vender. Las redes sociales se crearon para entretener y, por ello, tu trabajo en ellas debe encaminarse a formar parte del entretenimiento de tus clientes. También te ayudan a informarles e incluso a mostrarles qué puedes hacer por ellos.

Es importante realizar un trabajo constante en ellas, con una estética y lenguaje uniforme de acuerdo a tu forma de ser. Para obtener un beneficio real tienes que marcarte unos objeti­vos, saber para qué tienes redes sociales, qué quieres conseguir con ellas y qué imagen quie­res proyectar; después, solo deberás seguir los pasos que te lleven a tu meta, tener paciencia y constancia. Al fin y al cabo, no triunfa más un veterinario por muy bueno que sea, triunfa más aquel que crea una buena imagen en la mente de su cliente y la mantiene.

Extraído de Leticia González García, Neuromarketing y la experiencia del cliente en la clínica veterinaria, Ateuves 86, págs. 8-11.

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Para conseguir no solo atraer nuevos clientes, sino mantener de forma eficaz a los que ya se tiene, es muy importante cuidar todos los aspectos que el cliente percibe en su visita a la clínica y una vez ha vuelto a su domicilio.

¿Alguna vez te has preguntado si tus clientes disfrutan de su experiencia en la clínica vete­rinaria? ¿No crees que en veterinaria, y en la mayor parte de las empresas, nos empeñamos en captar nuevos clientes pero no cuidamos a los que ya tenemos?

Tanto los auxiliares técnicos veterinarios (ATV) como los veterinarios tenemos la tendencia a pensar que lo nuestro es la medicina. Sin embargo, no debemos olvidar que una clínica veterinaria es una empresa privada y que vive de los clientes que entren por la puerta, de su consumo y, por supuesto, de su satisfacción.

Se tiende a buscar la captación de nuevos clien­tes, pero en muchas ocasiones descuidamos a los que ya tenemos. Esto hace que se sientan menos importantes, insatisfechos y que final­mente se marchen a otros centros.

Mejorar la experiencia y la percepción de tu centro

¿Sabías que captar a un cliente es lo que más cuesta tanto en esfuerzo humano como de marketing? Entonces, si supone un gran esfuerzo, ¿por qué no centrarte en conservar los que ya tienes?

A continuación expongo unas pequeñas pin­celadas sobre cómo mejorar la experiencia y la percepción de tu centro tanto para tus clientes actuales como potenciales.

Tu fachada debe de ser el reflejo de lo que hay dentro. Seguro que no entrarías en un medico con una fachada descuidada o con un cartel cayéndose a pedazos. Su aspecto debe ser cohe­rente con la decoración y mobiliario del interior y también con el servicio que tu cliente va a recibir.

Una vez que el cliente entra de forma física en tu centro, debe encontrarse con una cara amable que le reciba. El mostrador debería estar colocado de frente a la puerta o en un lugar fácil de localizar, preferiblemente a la derecha. Los colores corporativos tienen que formar parte de la decoración, y el uniforme de la recepcionista debe encajar con unos colores e imagen acorde al servicio. Una chapa con el nombre y cargo de la persona que está atendiendo ayudará al cliente a tomar cercanía.

La sala de espera tiene que contar con espacio suficiente para albergar a todas aquellas personas que aguarden para entrar a la consulta, el resultado de una prueba, la recogida de su ani­mal tras una cirugía, etc. Debe ser lo suficien­temente amplia como para permitir que todo el mundo se sienta cómodo. Si tu perro es mie­doso o agresivo, no te gustaría esperar al lado de otro y que se pusiera nervioso. En el caso de los gatos, deben estar separados de los perros, en un lugar elevado cerca de su propietario y, a ser posible, tapados con una manta.

El tipo de silla o sillón también permite diferen­ciarte. No es lo mismo una silla de plástico que un sofá confortable.

A nadie le resulta agradable esperar, por ello el cliente debe ser informado en todo momento del tiempo aproximado de espera. Puedes ofrecerle opciones como ir a tomar un café u ofrecérselo en el propio centro o dar un paseo en un parque cercano y avisarle cuando llegue su turno; son algunos detalles que ayudarán a que la espera se haga más corta. Si el cliente decide esperar en la sala, tienes que ofrecerle entretenimiento, folle­tos informativos con contenido para propieta­rios, un monitor que muestre imágenes o videos promocionales, fotos de tus clientes o casos clí­nicos, música suave de fondo, caramelos, etc. También puedes aprovechar este tiempo para que rellenen cuestionarios o test creados por el equipo y que faciliten la anamnesis.

Escuchar de forma activa

Independientemente del motivo por el que acuda tu cliente, deberás escuchar de forma activa, empatizar con su situación y ofrecerle tu mejor solución. Tanto a la hora de vender en tienda como de atender en consulta, es fundamen­tal cubrir las necesidades del cliente, las que te cuenta de forma directa o las que consigues per­cibir “leyendo entre líneas” en tu conversación con él. Recuerda que es mucho más fácil vender algo que el cliente busca o necesita; además, si fuerzas la venta de un producto o servicio y el cliente se siente obligado, será reticente a volver, porque su experiencia no habrá sido positiva.

En consulta

En el caso de una consulta, aspectos como tocar el hombro de un cliente, acariciar al animal de forma simultánea a su dueño o hablar al cliente y animal por su nombre, te ayudarán a crear empatía, sinceridad y cercanía.

Explicar las cosas de forma clara, con palabras coloquiales, usando ejemplos, historias o dibu­jos sencillos ayuda a mejorar la compresión y dar confianza. Siempre será recomendable aportar material escrito que el propietario pueda revisar en su casa. Si dispones de material informativo y de formación sobre la enfermedad, ayudarás a que el cliente la comprenda mejor y su grado de cumplimiento y compromiso mejorarán. De esta forma, el cliente se va con la sensación de comprender lo que le pasa a su mascota, de conocer su enfermedad y de que se lleva algo más de lo que esperaba.

El momento del pago o cobro es uno de los más incómodos, tanto para el cliente como para el ATV o veterinario. Para el ATV o veterinario porque llevamos muchas veces implícito el “gen de me da vergüenza cobrar por mi trabajo por­que me gusta”, y para el cliente porque tiene esa sensación de pérdida o desprendimiento.

Para hacer más llevadera esta última parte del servicio, es recomendable explicar de forma resu­mida todo lo relatado anteriormente, preguntarle que si tiene alguna duda e invitarle a que si cuando llegue a casa no entiende algo o surge cualquier problema, contacte de nuevo con el centro, expli­cándole los medios por los que puede hacerlo.

Extraído de Leticia González García, Neuromarketing y la experiencia del cliente en la clínica veterinaria, Ateuves 86, págs. 8-11.

 

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Recuperar la motivación laboral en 10 pasos /recuperar-la-motivacion-laboral-en-10-pasos/ /recuperar-la-motivacion-laboral-en-10-pasos/#respond Tue, 25 Aug 2020 09:48:35 +0000 https://ateuves.es/?p=10477 Hay ocasiones en las que uno se siente frustrado en el trabajo y tal vez se haya entrado en una rutina que no genera satisfacción. Veamos cómo luchar contra ello. Hay situaciones complejas que hacen perder la motivación; un proyecto concreto que no gusta demasiado, una tarea excesivamente difícil o, simplemente, causas externas que atacan [...]

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Hay ocasiones en las que uno se siente frustrado en el trabajo y tal vez se haya entrado en una rutina que no genera satisfacción. Veamos cómo luchar contra ello.

Hay situaciones complejas que hacen perder la motivación; un proyecto concreto que no gusta demasiado, una tarea excesivamente difícil o, simplemente, causas externas que atacan directamente a nuestra motivación personal y que nos impiden mantener la ilusión por lo que hacemos. Nadie es inmune a la desmotivación en algún momento de su vida laboral.

Independientemente del origen, hay algunas claves que pueden ayudar a recuperar esa motivación que se perdió en algún momento. Pero debemos tener presente que el acicate viene desde nuestro interior, nadie te puede motivar más que tú mismo. Ya lo dijo el emperador Marco Aurelio: “La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos”.

1. Reflexionar

El ritmo de nuestra sociedad es muy elevado y apenas nos damos tiempo para reflexionar. Es imprescindible pararse y tratar de buscar respuestas a cuestiones como por qué estamos donde estamos, cuál es el objetivo y cómo nos sentimos. Tal vez el trabajo en la clínica no es lo que imaginamos inicialmente o nos estemos quemando: los pacientes a veces no salen adelante, hay clientes que deciden no hacer el tratamiento, nos toca realizar tareas aburridas y monótonas, no conectamos con alguien del
equipo… Aceptemos nuestra realidad y hagámosle frente de forma meditada. También se puede plantear al revés: ¿qué pasaría si perdiéramos o cambiáramos ese trabajo? Hay que valorar qué es lo que no queremos y posteriormente lo que deseamos; ver qué tenemos y qué nos falta.

2. Intentar hacer divertida la tarea

Para ello se necesita creatividad. Tal vez nos toque hacer una tarea monótona administrativa o limpiar gran cantidad de material, pero podemos animarnos acompañándola con música si la situación lo permite.  Conviene intentar hacer que cada día sea diferente. La innovación es un gran aliado contra la desmotivación. Tomarse las cosas con sentido del humor también ayuda. Si la tarea se puede hacer entre dos personas podemos retarnos a ver quién la hace antes (por ejemplo limpiar las jaulas de hospitalización) o charlar mientras la realizamos si no requiere concentración.

3. Subdividir el trabajo en tareas

Un gran proyecto puede ser muy agobiante, de modo que si tratamos de dividirlo en acciones más pequeñas probablemente será más fácil manejarlas. Además, cada vez que marcamos una tarea como hecha, nuestro cerebro obtiene una motivación instantánea para continuar. No conviene quedarse inactivo, hay que dar un primer paso. Esto ayuda a vencer la resistencia que pone el cerebro a darle inicio a algo cuando no nos resulta atractivo.

4. Planificación

Una vez que hayamos subdividido la larga lista de tareas, hay que calcular los tiempos necesarios para cada una de ellas, pero de forma realista. Necesitamos disponer de toda la información para prever imprevistos (si hace falta, preguntaremos a compañeros o al jefe). Tener presente qué dificultades pueden aparecer, cómo podemos afrontarlas si llega el caso y qué recursos necesitaremos nos permitirá mantener la motivación. Una buena planificación es clave para centrarnos en las tareas más importantes y permitirnos
también momentos de descanso.

5. Comprobar el progreso

Evaluar nuestro rendimiento nos permitirá anticiparnos ante cualquier imprevisto. No existe nada que motive más que lograr los objetivos que uno mismo se ha propuesto y poder comprobarlo. Por otro lado, también nos permitirá obtener una información muy valiosa, ya que ver cómo vamos progresando nos motivará para seguir luchando por nuestros objetivos.

6. Premiarse

Cada vez que logremos finalizar una tarea o proyecto podemos permitirnos una pequeña recompensa. Los detalles sencillos pueden darnos mucha felicidad y mejorar nuestra actitud hacia el trabajo. Hacer breves pausas (para beber agua, estirar las piernas o darle un descanso a nuestra cabeza) generalmente nos permiten aumentar la eficacia en nuestro trabajo y mejorar la motivación.

7. Buscar apoyos

Conviene recurrir a alguna persona positiva y vital que nos aporte motivación extra, esa que tiene las palabras adecuadas en el momento preciso para mantenernos motivados. Si no sabemos a quién recurrir también sirve buscar apoyo externo en comunidades en internet, foros, blogs, etc. Relacionarse y estrechar vínculos con otras personas es muy positivo. Debemos encontrar tiempo libre y de calidad, y saber disfrutarlo en compañía. Huyamos de la gente tóxica: las emociones se contagian y si nos falta motivación ese tipo de compañía está totalmente contraindicada.

8. Crear buen ambiente

Quienes trabajan en positivo y dejan atrás las quejas favorecen la creación de un buen clima laboral. Esto hace más fácil la colaboración y aumenta la confianza en el trabajo. Conviene tratar de ser amable con todo el mundo, compañeros y clientes. Resulta muy motivador porque es un camino de ida y vuelta positivo.

9. Ser protagonista

Los protagonistas de su propia vida saben a dónde van, disfrutan del camino y aprenden de los errores. Muchas personas tienen la costumbre de quejarse de todo, aunque en realidad no vivan situaciones difíciles ni graves, mientras que otras sacan fuerzas para seguir adelante en circunstancias verdaderamente
complejas. La elección es personal de cada uno. ¿Qué escoges tú?

10. Darse un respiro

Si ya lo hemos intentado todo y no hay manera de recuperar la motivación, tal vez necesitemos un paréntesis. Coger unos días de vacaciones, viajar, hacer planes con alguien y desconectar del trabajo probablemente nos ayudará a meditar y cargar las pilas para proyectar nuestro trabajo con optimismo y positividad.

Extraído de Natalia Sagarra. Recuperar la motivación laboral en 10 pasos. Ateuves 84, págs. 10-12.

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La gestión del tiempo en el centro veterinario: organización y prioridades /la-gestion-del-tiempo-en-el-centro-veterinario-organizacion-y-prioridades/ /la-gestion-del-tiempo-en-el-centro-veterinario-organizacion-y-prioridades/#respond Fri, 08 May 2020 08:44:52 +0000 https://ateuves.es/?p=10118 Saber organizarse en los ajetreados días de un centro veterinario puede parecer complicado. Pero si se aplican unos sencillos consejos, no solo es fácil, sino que mejora, y mucho, la convivencia entre compañeros. Organización En algunos hospitales veterinarios que cuentan con una amplia plantilla, donde cada persona se ocupa de determinadas funciones, la gestión del [...]

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Saber organizarse en los ajetreados días de un centro veterinario puede parecer complicado. Pero si se aplican unos sencillos consejos, no solo es fácil, sino que mejora, y mucho, la convivencia entre compañeros.

Organización

En algunos hospitales veterinarios que cuentan con una amplia plantilla, donde cada persona se ocupa de determinadas funciones, la gestión del tiempo cambia un poco: el auxiliar de qui-rófano, de recepción, de hospitalización, etc. Cada uno sabe perfectamente qué tiene que hacer y cómo organizarse para poder llevar a cabo sus tareas. Sin embargo, en los centros en los que los auxiliares somos los responsables de hacer todo esto, la organización es funda-mental. Es aquí donde los tiempos muertos, nos pueden salvar. Un ejemplo, al terminar una operación, mientras el animal está aún dor-mido, podemos recoger la sala de quirófano y preparar el material para su limpieza y esteri-lización. Comprobaremos que el animal se ha despertado correctamente y, si es así, seguire-mos con la limpieza. En los diez o quince minutos que tarda en des-pertarse, ya habremos limpiado todo y el mate-rial estará en el autoclave.

De la misma forma, si se recoge cada sala después de su uso y se deja preparada para la siguiente consulta, se habrá aprovechado bien el tiempo. En los centros con más de un auxi-liar es importante guardar las cosas siempre en el mismo sitio; no debemos pasarnos más tiempo buscando algo que utilizándolo. Ade-más del tiempo perdido, en este caso se estará creando una tensión innecesaria entre compa-ñeros y todo por no dejar las cosas en su sitio. A todo el mundo le ha pasado alguna vez tener que buscar alguna cosa con cierta urgencia y no encontrarla. Tener que preguntar a todos los compañeros si saben dónde está algo roba mucho tiempo y, vuelvo a recordar, crea frus-tración y roces innecesarios entre compañeros.

Actuar con antelación

Saber gestionar el tiempo de manera eficiente no es tarea difícil, ni mucho menos. Es cues-tión de ser ordenados y prever un poco el desarrollo de las próximas citas, adelantarse y dejarlo preparado. Una vez cogido el ritmo del trabajo bien organizado es menos proba-ble que nos atasquemos. Esto puede convertir el día más saturado en una experiencia positiva, pero también con-vertirnos a nosotros en una ayuda imprescin-dible para todo el centro veterinario y, por supuesto, nuestros pacientes peludos. Como su propio nombre indica, somos auxiliares, estamos para ayudar y tenemos que tener las ganas de hacerlo, ser intuitivos y tener inicia-tiva, con otras palabras, hacernos un hueco permanente en el equipo. Si ponemos un poco de nuestra parte podemos crear un ambiente agradable, eficiente y donde podemos apren-der y conseguir nuestra meta, ser los mejores y disfrutar de este trabajo que tanto nos gusta.

Extraído de Dragomir Denchev, La gestión del tiempo en el centro veterinario, Ateuves 85, págs. 6-9.

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La gestión del tiempo en el centro veterinario: puntualidad y prioridades /la-gestion-del-tiempo-en-el-centro-veterinario-puntualidad-y-prioridades/ /la-gestion-del-tiempo-en-el-centro-veterinario-puntualidad-y-prioridades/#comments Tue, 21 Apr 2020 09:11:40 +0000 https://ateuves.es/?p=10054 Saber organizarse en los ajetreados días de un centro veterinario puede parecer complicado. Pero si se aplican unos sencillos consejos, no solo es fácil, sino que mejora, y mucho, la convivencia entre compañeros. Como todos sabemos, cada día nuestras labores van en aumento y cada vez somos más importantes en el desarrollo de las distintas [...]

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Saber organizarse en los ajetreados días de un centro veterinario puede parecer complicado.
Pero si se aplican unos sencillos consejos, no solo es fácil, sino que mejora, y mucho,
la convivencia entre compañeros.

Como todos sabemos, cada día nuestras labores van en aumento y cada vez somos más importantes en el desarrollo de las distintas tareas diarias, tanto en los pequeños consultorios, como en los grandes  hospitales veterinarios. La formación continua es muy importante y ayuda a mejorar y a aprender cada vez más. Actualizar los conocimientos hoy en día no es opcional, pues la medicina veterinaria está en continuo
crecimiento, pero hay pequeños detalles que debemos dominar para ser los mejores y convertirnos en la mano derecha que, a mi parecer, cada veterinario necesita.

Puntualidad

Para poder tenerlo todo organizado, limpio, hacer las gestiones oportunas en recepción y poder atender a los propietarios y a sus mascotas de manera correcta se necesita un recurso que a veces puede ser difícil de gestionar, el tiempo. A las diez de la mañana nuestro centro abre sus puertas al público. Cuando esto ocurre yo ya he encendido todos los ordenadores y he puesto a calentar las maquinas (hemograma y bioquímica). Cuando entran los primeros clientes todo está listo para comenzar un día con el pie derecho. Si comenzamos nuestro día laboral tarde, se nos retrasarán todas las citas.

Prioridades

Organizar las labores por prioridades es un pilar fundamental para que el transcurso de la agenda no nos “atropelle”. Por ejemplo, si tenemos un hospitalizado que se va a quedar en la clínica todo el día, podemos medicarlo y mientras la medicación va pasando por el sistema, podemos ayudar al veterinario a pasar una consulta, dejarle preparada la ficha del paciente, pesarlo, pasarlo a la consulta y tener listo todo lo necesario, como por ejemplo vacunas, desparasitaciones, instrumental adecuado para cada circunstancia, etc.

Si vamos a pasar una consulta de especialidad, como oftalmología, prepararemos la lámpara de hendidura, por ejemplo; de esta forma todo el procedimiento fluirá sin interrupciones y, por consiguiente, la duración de dicha consulta se verá reducida. Cuando haya finalizado, podremos dedicarle más tiempo al animal hospitalizado para darle de comer, sacarle a dar un paseo y ofrecerle unos mimos, que nunca están de más.

A veces, nos hacemos una idea equivocada al pensar que si algo se hace rápido está mal hecho; ni mucho menos, es cuestión de organizarse. En las consultas, podemos ser de gran ayuda: apuntar en el historial la anamnesis que el veterinario está haciendo en ese momento, cargar las vacunas, preparar medicación, si
este fuera el caso, etc. Si salimos de la sala cada vez que necesitamos algo, la consulta se verá interrumpida y no fluirá de manera correcta y el tiempo se verá aumentado.

Centro de pequeñas dimensiones

El centro donde desempeño mis funciones es pequeño, pero muy bien equipado, lo cual nos permite hacer muchas cosas, y yo soy el único ATV. Esto me ha permitido darme cuenta de la importancia de la gestión del tiempo para poder realizar todas mis tareas. Hay que señalar en este punto que mis compañeros veterinarios me ayudan bastante.

En el laboratorio

En nuestro día a día, desempeñamos muchas funciones distintas, y entre ellas, las tareas de laboratorio. A veces se juntan muchas pruebas a la vez y he podido comprobar que con un orden adecuado se pueden hacer todas de manera que no tenga que saturarme. Si extraigo la sangre y la pongo a procesar en los
aparatos de hemograma y bioquímica, me da tiempo para hacer las radiografías y el electrocardiograma
y, de esta forma, puedo hacer un preoperatorio completo en menos de quince minutos.

En quirófano

En el quirófano la preparación es fundamental. Tenerlo todo listo para utilizar, limpio y el animal en óptimas condiciones de higiene requiere un tiempo muy valioso. Preparar el material adecuado para cada cirugía puede ser tedioso a veces. Por ello, lo mejor es consultar con antelación con el cirujano el material que va a poder necesitar. Si sabemos que hay una mínima posibilidad de necesitar alguna cosa aparte de lo convencional, lo mejor es tenerlo preparado y volver a guardarlo si no se llega a utilizar, que buscarlo en el caso de que sea necesario.

Extraído de Dragomir Denchev, La gestión del tiempo en el centro veterinario, Ateuves 85, págs. 6-9.

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¿Cómo prevenir el estrés en el trabajo? /como-prevenir-el-estres-en-el-trabajo/ /como-prevenir-el-estres-en-el-trabajo/#comments Tue, 05 Nov 2019 13:53:40 +0000 https://ateuves.es/?p=9358 Situaciones continuadas de estrés en el entorno laboral mal gestionadas pueden ser el origen de un trastorno que ya está reconocido por la OMS en su listado de enfermedades relacionadas con el trabajo: el síndrome burnout o del trabajador quemado. La importancia de prevenir Este síndrome tiene una progresión creciente si no se toman medidas. [...]

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Situaciones continuadas de estrés en el entorno laboral mal gestionadas pueden ser el origen de un trastorno que ya está reconocido por la OMS en su listado de enfermedades relacionadas con el trabajo: el síndrome burnout o del trabajador quemado.

La importancia de prevenir

Este síndrome tiene una progresión creciente si no se toman medidas. El profesional que se sienta ligeramente afectado debe reconocer los síntomas y evaluar con su jefe las situaciones que le generan estrés y ansiedad para que entre ambos se tomen decisiones y medidas adecua­das para intentar reducirlo.

Para evitar caer en las garras de este síndrome debemos aprender a controlar el estrés y la ansiedad. Debemos por lo tanto trabajar tres aspectos fundamentales: la confianza en noso­tros mismos, la capacidad de relajación y la motivación que nos ayude a trabajar para con­seguir nuestros objetivos.

Lo que está en tus manos

  • Trabajar la asertividad: un estilo de comunica­ción que permite expresar nuestras opiniones y defender nuestros derechos sin agresividad ni apatía. Ayuda a mejorar las relaciones laborales y evita los malentendidos.
  • Poner límites: no comprometernos con aque­llo que no nos corresponde.
  • Ajustar las expectativas: de modo que nos ayuden a crecer.
  • Formación continua: para ampliar nuestras habilidades y perspectivas.
  • Aprender y aplicar técnicas de relajación: una técnica sencilla que podemos practicar en cualquier lugar para relajarnos y eliminar ten­siones consiste en la visualización (imaginar una escena agradable, por ejemplo el agua corriendo por un río, el ruido al deslizarse entre las piedras…) combinado con respira­ciones profundas.

Lo que puede hacer la clínica

Por parte de la clínica también se pueden poner herramientas en marcha para evitar que se pro­duzcan situaciones desencadenantes de este síndrome:

  • Cuidado del ambiente laboral: observación y análisis de recursos para identificar y reducir el estrés y sobrecarga laboral.
  • Feedback de los resultados del trabajo: para que todos los miembros del equipo conozcan el valor o utilidad de su labor.
  • Fomentar el trabajo en equipo y determinar posibles planes de promoción.

Tratamiento efectivo

Quienes se sientan quemados deben buscar ayuda tanto dentro como fuera de su entorno laboral. El contacto social es imprescindible. También es recomendable cuidarse físicamente: hacer ejercicio todos los días, llevar una dieta saludable y descansar lo suficiente.

Cuidar la mente es otra parte clave del trata­miento:

  1. Modificar la forma de ver el trabajo: dar valor a lo que hacemos y disfrutar de los descansos.
  2. Reevaluar las prioridades: desde establecer límites en el trabajo hasta sacar nuestro lado más creativo pasando por las técnicas de relajación (yoga, meditación, mindful­ness…).

Extraído de Natalia Sagarra, Cuidado con el estrés que quema. Ateuves 82, págs. 6-8.

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Cuidado con el estrés que quema /cuidado-con-el-estres-que-quema/ /cuidado-con-el-estres-que-quema/#comments Tue, 08 Oct 2019 09:00:46 +0000 https://ateuves.es/?p=9239 Situaciones continuadas de estrés en el entorno laboral mal gestionadas pueden ser el origen de un trastorno que ya está reconocido por la OMS en su listado de enfermedades relacionadas con el trabajo: el síndrome burnout o del trabajador quemado. De media pasamos más de un tercio de nuestras vidas trabajando; si no tenemos la [...]

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Situaciones continuadas de estrés en el entorno laboral mal gestionadas pueden ser el origen de un trastorno que ya está reconocido por la OMS en su listado de enfermedades relacionadas con el trabajo: el síndrome burnout o del trabajador quemado.

De media pasamos más de un tercio de nuestras vidas trabajando; si no tenemos la suerte de disfrutar gran parte de ese tiempo podemos tener un problema. Si además comenzamos el día con prisas significa que probablemente continuaremos corriendo y estresándonos el resto del día. A su vez esto hace que cometamos algunos errores y que nos estresemos aún más, haciendo que nos quememos antes de que termine nuestra jornada laboral.

Definición de burnout

El término burnout se refiere a una situación cada vez más frecuente entre los profesionales que prestan sus servicios a través de una relación directa y mantenida con las personas y experimentan situaciones estresantes. Es un trastorno emocional recientemente reconocido por la OMS (que entrará en vigor a partir del 2022) que está vinculado con el ámbito laboral, el estrés causado por el trabajo y el estilo de vida del trabajador. Este síndrome puede tener consecuencias muy graves, tanto a nivel físico como psicológico. Se trata de un problema frecuente entre las personas que han elegido su oficio de manera vocacional, como los auxiliares veterinarios. Los síntomas más comunes son depresión y ansiedad, motivos de la gran mayoría de las bajas laborales.

Se reconocen tres componentes principales:

  • Cansancio emocional
  • Despersonalización
  • Falta de realización personal

Es importante matizar que no es lo mismo padecer estrés que burnout. El estrés, por lo general, implica diversas presiones que exigen demasiado física y psicológicamente de uno. Pero las personas estresadas pueden imaginar que se sentirán mejor en cuanto consigan tener las cosas bajo control. En el caso del burnout la persona afectada tiene una sensación de vacío, ha perdido la motivación y no es capaz de ver solución a su problema. Lo que sí es cierto es que una persona quemada ha pasado previamente por un periodo prolongado de estrés laboral.

Causas que queman

En términos generales se puede decir que las causas están asociadas a exigencias excesivas que originan tensiones:

  • Altos niveles de estrés
  • Carga de trabajo excesiva
  • Poca autonomía
  • Malas relaciones en el trabajo
  • Ausencia de apoyo en su entorno
  • Falta de formación para desempeñar determinadas tareas
  • Sentir que se tiene poco o ningún control sobre el trabajo
  • La falta de reconocimiento o recompensa por un buen trabajo
  • Expectativas de trabajo poco claras o demasiado exigentes
  • Realizar un trabajo excesivamente monótono o sin retos
  • Trabajar en un ambiente caótico

El conjunto de estos factores causales puede derivar en un estrés crónico que acaba provocando el síndrome burnout. Además de las causas expuestas los estudios reconocen tres factores de riesgo:

  • Mala organización del tiempo y de las tareas
  • Expectativas incumplidas
  • Personalidad insegura, pesimista o autoexigente

Síntomas

  • Sentimiento de agotamiento, fracaso e impotencia
  • Baja autoestima
  • Poca realización personal
  • Estado permanente de nerviosismo
  • Dificultad para concentrarse
  • Comportamientos agresivos
  • Dolor de cabeza
  • Taquicardia
  • Insomnio
  • Bajo rendimiento
  • Absentismo laboral
  • Aburrimiento
  • Impaciencia e irritabilidad
  • Comunicación deficiente

Extraído de Natalia Sagarra, Cuidado con el estrés que quema. Ateuves 82, págs. 6-8.

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No dejes para mañana… /no-dejes-para-manana/ /no-dejes-para-manana/#respond Fri, 20 Sep 2019 11:12:06 +0000 https://ateuves.es/?p=9146 Retrasar las tareas importantes que menos nos agradan para “luego” puede traer consecuencias negativas a nuestro trabajo y a nuestra vida. Veamos cómo podemos evitar o combatir este peligroso ladrón del tiempo. Hay quienes hacen de la procrastinación –posponer nuestras tareas– un hábito en su día a día, ya sea en el ámbito profesional o [...]

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Retrasar las tareas importantes que menos nos agradan para “luego” puede traer consecuencias negativas a nuestro trabajo y a nuestra vida. Veamos cómo podemos evitar o combatir este peligroso ladrón del tiempo.

Hay quienes hacen de la procrastinación –posponer nuestras tareas– un hábito en su día a día, ya sea en el ámbito profesional o en el personal. No podemos negar que todos lo hemos hecho alguna vez, sin embargo, es evidente que procrastinar puede llevarnos directamente al fracaso. Podríamos decir que es un ladrón del tiempo, porque a la larga tendremos que realizar igualmente el trabajo.

Este verbo que parece un trabalenguas no significa otra cosa que postergar o retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables. Pongamos un ejemplo: debemos hacer una llamada a un cliente moroso que todavía no ha pagado la última factura. Se trata de un asunto molesto, poco agradable, pero que debemos hacer. Sin embargo, habrá quien se diga a sí mismo “ya lo haré, primero voy a ordenar el cajón del instrumental”. Otro ejemplo a nivel personal podría ser postergar la revisión ginecológica anual o la visita al dentista. Hacer un hábito de la actitud de retrasar las tareas menos atractivas no solo no conlleva beneficios, sino que puede llegar a complicar las cosas. Hacerlo de manera puntual no es malo, pero convertirlo en una costumbre es peligroso.

Se estima que la procrastinación como problema crónico afecta al 20 – 25 % de la población general (Ferrari y Díaz-Morales, 2007).

10 Consejos para dejar de procrastinar
1. Al comenzar el día anotar las tareas que tienes que hacer y determinar cuáles son urgentes e importantes; cuáles son urgentes, pero no importantes; cuáles son importantes, pero no urgentes; y cuáles no son ni urgentes ni importantes. De esta manera podrás centrarte en lo importante y urgente y dejar de lado lo que no lo es. Si es preciso podemos dividirlas en subtareas más sencillas y concretas.
2. Poner una fecha o una hora límite para cada una de ellas.
3. Despejar la zona de trabajo; dedicar unos minutos a organizar y eliminar lo que está estorbando no es una pérdida de tiempo, la limpieza da tranquilidad.
4. Hacer cada tarea de una en una. Así nos aseguraremos de terminarlas todas.
5. Premiarnos una vez que tengamos hecha la tarea más tediosa.
6. No postergar aquello que tan solo cuesta cinco minutos o menos terminar.
7. Exigirse solo aquello que se pueda cumplir realmente. Cada uno conoce mejor que nadie sus propias fortalezas y debilidades.
8. Utilizar nuestro tiempo de forma eficiente y ser consciente de nuestro estado; si estamos cansados o molestos, es muy probable que terminemos procrastinando. Tal vez valdría más hacer un descanso y recuperar la calma para retomar nuestras tareas.
9. Revisar al terminar el día el uso que hemos hecho de nuestro tiempo, para ver si hemos conseguido cumplir los objetivos marcados o no y comprobar en qué parte hemos fallado para corregirlo.
10. No rendirse nunca ante lo que nos hayamos propuesto con determinación.

Razones por las que posponemos

Hay quienes dicen que este hábito de retrasar determinadas acciones se ha convertido en un problema moderno por las siguientes razones:

  • Queremos tener una recompensa instantánea, preferimos hacer algo agradable primero.
  • Sobreestimamos nuestra productividad futura, pensamos que lo haremos mejor más tarde.
  • Nos produce miedo (al fracaso y a no recibir una recompensa tras el esfuerzo).
  • Tenemos poca autodisciplina y bastante impulsividad.

Pero atención, otras razones para dejarlo “para más tarde” son:

  • Acumulación de trabajo
  • Mala planificación de las tareas
  • Sobrecarga de tareas
  • Mala gestión del tiempo
  • Estrés y cansancio
  • Mal ambiente laboral
  • Baja productividad
  • Excesivo perfeccionismo
  • Obstáculos emocionales y cuestiones personales para determinadas tareas

Es importante superarlo

La procrastinación se suele asociar a la ansiedad que genera una tarea pendiente ante la que uno no encuentra la fuerza de voluntad necesaria para concluirla. Dicha tarea se percibe como abrumadora, inquietante, difícil o aburrida, y provoca estrés. Por ejemplo, si a uno no le resulta fácil hablar por teléfono con los clientes porque no tiene facilidad de palabra lo pospondrá; o bien si tiene una baja autoestima y no se siente capacitado de actuar de forma autónoma, lo pasará mal cuando el veterinario le encargue determinadas tareas de laboratorio. De este modo es frecuente que se autojustifique al posponer esas tareas continuamente.

Si en nuestra forma de ser aparece cierta tendencia a la procrastinación, podemos realizar una serie de acciones para luchar contra ella. Lo primero de todo es identificar los momentos en los que actuamos así y reflexionar sobre las razones que nos llevan a hacerlo. Así seremos conscientes y podremos actuar en consecuencia.

La solución al “ya lo haré luego” es construir un contrafuerte que controle las distracciones, excusas e improductividad. Hay que romper el círculo vicioso que produce ansiedad y culpa y que a su vez genera más estrés.

Pero atención, en determinadas situaciones también podría ser sinónimo de que nos vemos sometidos a un ritmo excesivamente exigente. Debemos parar y reflexionar para encontrar las causas que nos llevan a postergar determinados actos, y ser sinceros con nosotros mismos.

Posibles consecuencias de procrastinar
Es importante tener presentes las veces que se han dejado de hacer determinadas tareas y las consecuencias que ha tenido para uno mismo o para el equipo del centro, e incluso para los pacientes o clientes. No todo vale.
• Ganar una mala reputación con los compañeros de trabajo, amigos y familia, puesto que dejamos de hacer cosas que pueden afectar negativamente al resto del equipo o a determiandas personas.
• La pérdida de la propia ambición por tener éxito, ya que acabamos sin esperar más porque nos sentimos incapaces.
• Disminuye nuestra productividad laboral.
• No alcanzar las metas o resultados deseados; esto fácilmente genera una gran insatisfacción personal, pero además puede afectar a la permanencia o ascenso laboral.
• Problemas de autoestima y estrés, que a su vez pueden afectar a nuestra salud física y mental.

Extraído de Natalia Sagarra, No lo dejes para mañana, Ateuves 81, págs. 10-12.

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Cómo preparar un discurso /como-preparar-un-discurso/ /como-preparar-un-discurso/#respond Fri, 30 Aug 2019 08:26:46 +0000 https://ateuves.es/?p=9056 Son numerosas las ocasiones en las que tenemos que hacer una presentación en público, ya sea a compañeros del centro o bien a clientes. Debemos conocer las claves de la comunicación y controlar nuestros miedos para convencer a nuestra audiencia. Cuando preparamos una charla todo nos parece importante y contar con mucha información es bueno [...]

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Son numerosas las ocasiones en las que tenemos que hacer una presentación en público, ya sea a compañeros del centro o bien a clientes. Debemos conocer las claves de la comunicación y controlar nuestros miedos para convencer a nuestra audiencia.

Cuando preparamos una charla todo nos parece importante y contar con mucha información es bueno pero debemos saber sintetizar; de lo contrario, corremos el peligro de aburrir al público o no conseguir que retenga la información esencial.

En la fase de preparación para hablar ante un grupo de personas intenta responderte a estas preguntas:

  • ¿Cuál es el tema?
  • ¿Cuál es la finalidad de la presentación?
  • ¿A quién va dirigido?
  • ¿Cuánto tiempo va a durar la presentación?
  • ¿Con qué recursos cuento?

Para que el mensaje se comunique con claridad es imprescindible decidir cómo se repartirá la información y elaborar un guión en función del objetivo de la charla.

Pasos previos

1 Preparar a fondo el tema

Si conoces los productos o servicios de los que vas a hablar no podrán cogerte por ningún sitio. Hay que estar bien preparado.

2 Conocer al público

Es necesario saber a quién se va a hablar y adecuar el discurso; no es lo mismo hablar hacia un público joven de nuevos propietarios que dirigirse a un grupo de personas maduras con experiencia en mascotas. Sus preocupaciones a la hora de escuchar van a ser distintas.

3 Captar la atención

Antes de empezar es conveniente centrar el debate en tu persona; una buena táctica es mantener el contacto visual con el público.

4 Ordenar y estructurar el discurso

La exposición debe ser clara, con introducción, desarrollo y conclusión.

5 Brevedad y claridad

Utiliza palabras adecuadas y no te extiendas demasiado: “si breve, dos veces bueno”.

6 Vocalizar y entonar

Habla claro y despacio para que se entienda todo lo que dices y mantén un tono de voz que muestre tu ilusión por lo que expones.

7 Sonríe y relájate

Tu exposición es sobre algo que conoces bien, transmítelo con seguridad.

Comunicación verbal y medios de apoyo

Puedes transmitir una idea por frase o utilizar diversas frases para dar una idea, pero nunca comuniques varias ideas en una sola frase ya que puedes confundir o dificultar la comprensión.

Ten presente que la explicación debe basarse más en los receptores de la información y los objetivos de la charla que en las abstracciones. Por ello es preferible siempre utilizar un lenguaje concreto y evitar las ambigüedades y exageraciones. Restringe el uso de las muletillas, apoyos en los que te reafirmas en la comunicación con el público, y cuida el volumen, la vocalización y la entonación. La voz ayuda a mantener la atención de los oyentes y a enfatizar aquellos puntos destacables. Diapositivas, transparencias, gráficos, cuadros y documentación adicional pueden resultar una buena ayuda para mantener la atención y clarificar las ideas de quienes escuchan. Pero un mal uso puede provocar el efecto contrario. Es imprescindible conocer ese material y tenerlo bien preparado.

Extraído de Javier Leach, ¿Miedo escénico? , Ateuves 80, págs. 6-8.

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