Las heces son la tercera muestra más habitual en los centros veterinarios, debido a la facilidad que conlleva su obtención y a la información tan valiosa que aporta su estudio.
Los análisis coprológicos no solo deben realizarse en animales con sintomatología digestiva (diarrea, vómitos, hiporexia, etc.), sino también de forma periódica en animales sanos. Muchos centros incluyen este análisis dentro de los planes de salud, asegurándose así del control mínimo una o dos veces al año.
La European Scientific Counsel Companion Animal Parasites (ESCCAP) recomienda seguir estas pautas en lugar de desparasitar de forma sistemática a las mascotas. Esto se debe a que en muchos planes de desparasitación se emplean medicamentos no preventivos sino curativos, por lo que el paciente podrá desarrollar una resistencia frente a estos fármacos. Si se pauta la medicación tras detectar un parásito concreto, se recetará un antiparasitario específico, en lugar de usar otros de amplio espectro.
La muestra
Las heces son, junto con la orina, las únicas muestras que recogen los propietarios en su domicilio. De forma habitual, la inmensa mayoría de las muestras de coprológico son obtenidas por defecación, pero también existen otras técnicas de extracción como el hisopado, el enema o la obtención forzada. De cara a los propietarios, es conveniente entregarles un documento en el que se especifiquen las condiciones de recogida para que se conserven adecuadamente y no aparezcan contaminantes que interfieran con los resultados.
Instrucciones de recogida para los propietarios
Algunos datos que los ATV tenemos que comentar a los propietarios son:
- Para análisis coproparasitológicos, las heces deben ser de tres días consecutivos, conservadas en frío.
- La última muestra no puede tener más de 24 h.
- Las heces de cada día deben tener, como máximo, el tamaño de una nuez.
- Se debe recoger la parte de las heces que tenga un aspecto más “desagradable”: zonas con sangre, moco, otra consistencia.
- En el caso de gatos que comparten arenero, no es necesario identificar las heces.
- Pueden almacenarse todas las muestras en el mismo recipiente (figura 1).
- Se traen al centro veterinario en un bote de rosca de farmacia, bien cerrado.
Estos tips que entregaremos a los propietarios son muy importantes ya que, por ejemplo: las muestras almacenadas por más de 36-48 h comienzan a degenerarse por lo que se perderá información, algunos parásitos no se excretan de forma continua por lo que, si solo se analiza una muestra, es posible que se obtenga un falso negativo.
Análisis macroscópico
Tenemos que obtener información del aspecto físico de las heces (figura 2), en concreto:
- El color fisiológico es el marrón, pero pueden observarse distintas tonalidades que están asociadas con alteraciones:
- Negras: melena, eliminación de hierro, fármacos.
- Heces acólicas (blanquecinas): enfermedades hepatobiliares, insuficiencia pancreática exocrina, aumento de calcio.
- Esteatorrea (amarillentas): aumento de grasas, normalmente.
- Rojizas: presencia de sangre fresca.
- El olor normal de las heces es muy reconocible, y el cambio de este olor puede indicar alguna afección. A pesar de esto, no es una determinación realmente útil.
- El volumen lo valorarán los propietarios, un aumento se suele relacionar con alteraciones del intestino delgado.
- La consistencia fecal es el parámetro más importante, se evalúa según la Escala Fecal de Bristol, que divide las heces en siete grupos según su consistencia de más dura (grupo 1) a la más líquida (grupo 7).
- También se tiene que observar si hay algo relevante como sangre fresca, moco, cuerpos extraños, parásitos macroscópicos o tricobezoares.
Análisis microscópico
Tras observar las características que se han comentado en el apartado anterior, se lleva a cabo el análisis coprológico microscópico. Para ello, se pueden utilizar distintas técnicas de laboratorio:
- Análisis directo: se emulsionan heces con suero salino. Su principal ventaja es que, al utilizarse en muestras recién excretadas, se pueden ver los parásitos adultos en movimiento, especialmente los protozoos.
- Análisis por flotación: en tubos, se mezclan las heces con soluciones especiales que provocan que los huevos de ciertos parásitos floten hasta pegarse en un portaobjetos colocado en la parte superior del tubo.
- Análisis por sedimentación: se mezclan distintos reactivos químicos con las heces y, tras una centrifugación, se separará la fracción líquida con las heces que quedarán en el fondo. Se elimina el sobrenadante y que recoge una gota del sedimento (figura 3).

Figura 3. Vista microscópica de un análisis coprológico por sedimentación teñido con lugol: se observan abundantes detritos y población bacteriana aumentada.
Los elementos en los que nos vamos a fijar en la preparación microscópica son:
- La población bacteriana: en las heces siempre hay una gran cantidad de bacterias. Algunas de ellas son patógenas mientras que otras son necesarias para el organismo.
- En las muestras que tienen más de un par de días se observarán levaduras e incluso hongos macroscópicos.
- También se observarán detritos que corresponden a los restos alimentarios que se eliminan, fibras vegetales, gránulos de almidón, gotas lipídicas.
- La detección de parásitos es el objetivo de estos análisis. Los perros y gatos domésticos pueden estar infestados por una gran variedad de parásitos, algunos de los más frecuentes son:
- Protozoos, organismos unicelulares: el más habitual son Giardia spp., de hecho, cerca del 70 % de los coprológicos positivos presentan este parásito.
- Nematodos, vermes circulares conocidos comúnmente como “gusanos redondos”. Por ejemplo: Toxocara spp. (figura 4), Toxascaris leonina, Angyostrongylus spp.
- Cestodos, platelmintos largos, conocidos como “gusanos planos”. Por ejemplo: Taenia
spp., Dipylidium caninum.
Otros análisis
Además del análisis coproparasitológico, existen otros estudios que se pueden realizar en heces como:
- Las PCR por diarreas: en las que se busca el material genético de distintos microorganismos que pueden producir síntomas digestivos.
- Los coprocultivos: se trata de una técnica de microbiología que analiza la presencia de bacterias pero, además, se pueden realizar antibiogramas para conocer qué antibiótico es el más adecuado.
- Los test rápidos de antígenos (figura 5): una técnica novedosa que es el complemento perfecto para los análisis copropasitológicos. Se trata de un valor añadido al coprológico ya que, por ejemplo, en el caso de Giardia spp., su eliminación es intermitente por lo que puede ocurrir una situación en la que no se observen al microscopio, pero el paciente sí esté parasitado (falso negativo), obteniendo un test positivo.
Bibliografía
- Juste de Santa-Ana, MC., Carretón Gómez E.; Fundamentos de análisis clínicos en animales de compañía; Multimédica Ediciones Veterinarias; 2015; Barcelona.
- Engel Manchado J., García Guasch L.; Manual del ATV (2o edición); Multimédica Ediciones Veterinarias; 2019; Barcelona.