Tanto durante la lactación como tras el destete, la alimentación de los cachorros es fundamental para que tengan un óptimo desarrollo.
Transición al alimento seco
Alrededor de la tercera semana de vida, los cachorros empiezan a interesarse por el alimento seco, aparecen las primeras yemas de dentición, y empiezan a crecer de manera muy rápida. Será en este momento en el que se debe recomendar un buen pienso de transición.
En la actualidad existen en el mercado piensos de transición o “destete”, que tienen en su composición leche maternizada de perra, para que el cambio de alimentación sea más fácil a nivel digestivo y para que se siga reforzando su sistema inmunitario.
En este momento, lo ideal es dejar a los cachorros el alimento a libre disposición y humedecido, para que ellos mismos vayan tomando contacto con los nuevos sabores y texturas que les presentamos.
Alrededor de la cuarta o quinta semana es cuando empieza a tener lugar el destete completo de la madre, y los cachorros deben empezar a comer solos.
En esta etapa, el siguiente tipo de alimentación que debemos proporcionar a los pequeños es un pienso para cachorros. De hecho, debemos recomendar el pienso de la mejor calidad que se puedan permitir los propietarios, siempre teniendo en cuenta que esto no significa que sea el más caro, sino el que mejores características nutricionales tenga. En este tipo de piensos es muy importante prestar suficiente atención a la composición de nutrientes.
Proteínas
Debemos asegurarnos de que presentan una fuente de proteínas de alta calidad, ya que serán estos nutrientes los encargados de, entre otras muchas funciones, actuar a modo de “ladrillos” para formar las nuevas estructuras de su cuerpo y con las que tendrán que vivir el resto de su vida. También son muy importantes en el desarrollo y mantenimiento del pelo, de la piel, de las enzimas y tejidos digestivos e intervienen en numerosos procesos metabólicos como los endocrinos.
Grasas
En la nutrición canina, las grasas son las encargadas de proporcionar la energía que el organismo necesita para ”trabajar”, para crecer, para regular su temperatura, etc. Por este motivo, es necesario que nuestro cachorro esté alimentado con un nivel de grasa adecuado para su desarrollo y sus requerimientos.
Hidratos de carbono
Los hidratos de carbono son otro de los nutrientes con los que el organismo cuenta para obtener energía, y son necesarios para su vida. No debemos olvidar que el perro es un animal omnívoro.
Vitaminas y minerales
Tampoco debemos olvidarnos de las vitaminas y minerales, que les ayudarán a formar un aparato musculoesquelético sano y fuerte y a tener una piel sana. También intervienen en el desarrollo de la visión, en el crecimiento dental, en la reproducción y en el mantenimiento de epitelios.
Existen en el mercado piensos de cachorro adaptados a las necesidades nutricionales, incluso por tamaños de perros, porque no es lo mismo la energía o la cantidad de proteína que requiere un cachorrito de Yorkshire que pesa 100 gramos, que la que necesita un cachorro de Mastín Español que pesa 900 gramos.
En cuanto al número de tomas, existe mucha controversia en este sentido, pero habitualmente se suelen dar 3-4 tomas diarias cuando empiezan con el alimento sólido; pasaríamos a 2-3 al cumplir los 5-6 meses y podríamos mantenerlos así hasta que llegaran a su peso adulto para darles una o dos tomas diarias a partir de este momento.
Como profesionales, debéis estar a la altura para poder tener claros todos estos conceptos y poder dar una buena explicación al propietario que os la solicite, o incluso para que en las primeras visitas de los cachorros en las que se les habla de tantos temas a nivel de prevención, la alimentación sea uno de los temas estrella en las consultas. Hay que hacerles ver que también es una de nuestras armas de medicina preventiva, porque sabemos y está demostrado que cuanto más esfuerzo invierta el propietario en una buena alimentación para sus cachorros, más visitas al veterinario y dinero se ahorrará en el futuro cuando su perro sea adulto.
Control de ganancia de peso
El control de la ganancia de peso es un factor muy importante que hay que tener en cuenta en la cría de los cachorros porque será una de las principales evidencias que nos indiquen que “todo va bien”.
Una medida aproximada para llevar a cabo un buen control de esta ganancia de peso es hacernos una pequeña tabla e ir apuntando el peso de los cachorritos, teniendo en cuenta que a partir del segundo día de vida, la ganancia de peso esperada es aproximadamente de 2 a 4 g por cada kg de peso de adulto que se espera que tengan cuando hayan terminado su crecimiento. Por ejemplo, si nuestro cachorrito es un macho de la raza Beagle, y conocemos el peso aproximado de su padre o de lo que se espera para esa raza, que sería en torno a 13 kilos, nuestro cachorro debería ir ganando de 26 a 52 gramos al día. Son pesos muy distintos, pero recordad que siempre todas las tablas son orientativas porque no hay un individuo igual a otro.
Es muy importante que no se produzcan paradas en el crecimiento y la ganancia de peso de los cachorros, y en caso de que esto suceda, es necesario buscar el origen. Esto puede ser debido a una alimentación de baja calidad, a un bajo aporte de nutrientes, a un número reducido de tomas de alimento, o a algún problema de salud. Una vez descartadas las primeras hipótesis, deberemos indicar al propietario que acuda rápidamente al veterinario para buscar la causa exacta.
A medida que los cachorros empiezan a comer alimento sólido también debemos seguir controlando su crecimiento y ganancia de peso. Cuando acuden a las consultas veterinarias en esas primeras visitas de su calendario vacunal, es muy importante que les preguntemos a los propietarios si van notando que los perritos crecen, que comen bien, y es muy importante que nosotros llevemos un buen control del peso en su historial porque a partir de este momento empezaremos a tener ese doble control (en casa y en la clínica).
Extraído de Ana Martínez Montes, Alimentación de los cachorros en las primeras edades, Ateuves 84, págs. 20-23.